Ramón había decidido insinuarle
a Lola el interés que tenía por ella, pero dudaba de cómo hacerlo. Si lo hacía
de manera directa, corría el riesgo de que las carcajadas de ella, ante su
declaración amorosa, se oyeran en todo el recinto de la Universidad, además,
siempre estaba con alguna amiga y no era plan de que se rieran juntas de su
disparatada ilusión.
¿Qué nos contará hoy el
profesor chiflado? les dijo aproximándose a ellas.
Igual continúa con sus
explicaciones y pide que nos enseñes tu afamada anatomía.
La risa de Lola y las demás
chicas por el ingenio de una de ellas hundió a Ramón en la profundidad del
subconsciente.
Muy graciosa.
Tú sí que estuviste gracioso
con tu respuesta.
El comentario de Lola le
rescató cuando se veía cayendo en el precipicio del menosprecio.
Me lo puso a “güevo”, valga
la redundancia.
De nuevo la risa de Lola le
envolvió en un halo de satisfacción.
Entremos en clase, dijo una.
Agradeció la convocatoria,
pues se sintió turbado por lo que pensó que había sido una buena entrada en su
primer día de acercamiento a Lola, y era preferible interrumpir la conversación
antes de que se le acabara la racha de ingenio y se quedara como un lelo sin
saber que decir.
Recuerden: no tenemos un
sexo… somos un sexo, les dijo el profesor.
Nos vemos con una anatomía
determinada, y decimos: "éste es mi sexo". Es la muestra externa de
una función reproductora determinada, en la que fundamentamos el sexo. Pero,
¿el conocimiento, el pensamiento, los sentimientos, la conciencia tienen sexo?
Si son indisolubles del cuerpo, si son cuerpo, y a éste le adjudicamos un sexo,
éste mismo será el que también a ellos convertirá en sexuados. Si soy un cuerpo
con sexo, seré un cuerpo sexuado, y todo yo, como vida y existencia, seré
sexuado. Así pues, todo nuestro ser será sexuado en lo masculino o femenino.
Lo que, en
un principio es una diferencia anatómica, al servicio de una determinada
biología reproductora, le otorga al individuo una cualidad peculiar, que
condicionará su íntima comunicación sexual con otro ser, traspasando sus
propios intereses e implicando al resto de la sociedad, determinando una
compleja interrelación del individuo con el mundo que le rodea, y haciéndole
vivir su sexo como un hecho emocional
único.
Cuando él
calló se hizo el silencio. Para algunos, aquella ráfaga de filosofía requería
un tiempo de digestión para quien hubiese tenido las suficientes tragaderas
para tragarlo; para otros, pareció un rollo, tan útil como el del papel
higiénico (que solo se aprecia cuando se necesita)
El sexo
–dijo, interrumpiendo la baldía meditación de su audiencia-, como experiencia
particular, será, sobre todo, un hecho
vivencial, mediante el cual el individuo se reconoce, se ubica en la
sociedad y se comunica con ella; una dimensión de expresión y desarrollo humano
a través de un cuerpo sexuado. Será un hecho
individual, que le permitirá alcanzar su identidad como persona.
¿Quién de
ustedes no se identifica con un sexo? ¿Quién cree que no tiene un cuerpo y una
mente sexuada? ¿Quién no se ubica en uno de los dos lados de este mundo
sexuado?
Feminidad.
Masculinidad.
En
definitiva, si entendemos que el sexo es biología, psicología, conducta,
identifica al individuo y lo ubica en su relación con el mundo, condiciona toda
su existencia y “garantiza” su supervivencia, podemos concluir que el sexo es
“todo” en la vida, que la vida no es más que la expresión del sexo, que éste es
pues, el mismo hecho de ser, de
existir.
Así se
comprende por qué los clásicos vieron en el sexo la naturaleza de un dios…
Ramón afirmaba, discretamente con el gesto
de su cabeza, las palabras del profesor. Veía a Lola con tanta y peculiar admiración,
que le causaba cierto temor acercarse a ella; era su anhelo amarla y ser amado por
ella, y su condena que le rechazara; dependía de ella que su vida se iluminara
o cayera en las tinieblas; era como si, para él, fuese una diosa, una diosa a
quien adorar, entregarle su vida y gozar con sus gracias, con las gracias de su amor.
¿Creen ustedes, que el sexo es sucio y
peligroso, ocultable, como a veces se considera, o al contrario, es digno de
ser cultivado para el enriquecimiento de la persona?