¿Se teme al placer sexual?
Ella estaba loca por él. ¿Cómo iba a
temer el deleite de sus besos, recrearse con su abrazo, percibir su caricia,
encontrarse en el lecho con su amado… sentir su vigor en cada envite penetrando
en su cuerpo para llegar a lo más profundo de su alma, sentir el abrazo de su
Adonis transportándola al misterioso mundo del amor?
Él… Reían juntos; compartían distracciones; coincidían en inquietudes;
le resultaba atractiva; creía desearla. Cuando sus cuerpos se confundían tibios
en el lecho, él gozaba con la caricia y se agitaba presuroso buscando saciar el
ansia indemorable de placer que en ella encontraba… ¿O buscaba algo más? ¿Buscaba su auténtico deseo?
Se teme al placer sexual que se aparta de la norma.
El profesor les distrajo de sus pensamientos.
La norma, establecida por la sociedad, regula la vida del individuo,
para el beneficio de ella misma y, supuestamente, para el del propio individuo,
y determina la peligrosidad del placer sexual cuando es generador de perjuicios
sociales y consecuentemente
individuales.
Tradicionalmente la
sociedad solo ha estimulado el impulso instintivo del sexo cuando es
reproductor, productor de hijos, que repercutan en bien de la propia sociedad
haciéndola más fuerte.
“ Y Onán sabía que la
descendencia no sería suya; y acontecía que cuando se llegaba a la mujer de su
hermano, derramaba su semen en
tierra para no dar descendencia a su hermano. Pero lo que hacía era malo ante
los ojos del SEÑOR… “ (Génesis 38:8).
El onanismo (la masturbación) ha sido, desde siempre, rechazable
socialmente por ser un placer improductivo. La mejor forma de disuadir en su práctica
era adjudicarle aspectos negativos que atentaran contra el cuerpo (enfermedad)
y el alma (pecado).
El placer improductivo es tolerado en el
contexto reproductor, pero ignorado como valor social, ocultado en la intimidad
y oscuridad de la alcoba, como si no existiese
En cuestiones de sexo, la moral social está inspirada por el
primitivismo biológico, arcaico, castrador de la inquietud y el desarrollo
personal. De manera irreflexiva para el individuo, el placer sexual puede
resultar sucio, por los órganos que lo estimulan; rechazable, por la
predisposición al ocultamiento; y potencialmente peligroso, por las
repercusiones que puede acarrear fuera de las reglas sociales. La sociedad
establece normas que la protejan, a veces, en contra de los intereses
particulares de sus individuos. El placer sexual individual ha estado y está
sujeto a normas sociales que coartan la expresión personal de la sexualidad, la erótica individual, “la dimensión
elaborada el deseo”, como la define el profesor Amezuá.
¿Cómo puede una “sociedad”, carente de
sensaciones, regular las emociones del individuo?
Me encantan tus lecciones. Te he contestado a tu comentario en mi artículo del Onanismo. Me parece a mi que hoy se incorpora un nuevo factor: la lucha por la hegemonía social y profesional individual, que hace que la masturbación se convierta en un signo de fracaso del individuo y por tanto inconfesable. Tú lo decías, somo sexuados y esa secualidad se manifiesta en todos los aspectos de nuestra vida. Ese fracaso a menudo se sustituye por otros signo externos, como por ejemplo un supercoche,con la traducción subliminal de "mira que polla más grande tengo", la presión sobre el individuo es exagerada y sin duda en todo ello subyace la condición sexual. En fin, es una modesta opinión, que da para mucha conversación.
ResponderEliminarQuerido Félix, eres un buen amigo. Tus favorables opiniones ayudan a continuar con la tarea.
ResponderEliminarYo no te halago gratuitamente: tienes una página fantástica. Hace unos días pasé un rato muy agradable visitando tu magnífico museo. Lamento no entrar con la frecuencia que quisiera, pero ando con poco tiempo para dedicar a tantas cosas que me gustarían.
No sé si te parecerá oportuno incluir en "mi rincón", de alguna manera, el blog de sexualidad y el de la novela. Tambíen hay un video en youtube, de una película animada, realizada por la comunidad autónoma murciana, que trata sobre la historia de Cartagena, que, aunque es un acontecimiento inmediatamente posterior a la fundación de Akra Leuké, por su buena realización merece la pena difundirlo.
Un abrazo.